domingo, 26 de junio de 2011

BREVE NARRACION FICTICIA SESION 4(PRODUCTO 1)

HISTORIA FICTICIA DE PORFIRIO DÍAZ
¡Hola! Mi nombre es Porfirio Díaz, fui presidente de México durante 31 años, al periodo en que goberné se le llama "El Porfiriato”.
Me gustaría comentarles que no todo lo malo que dicen de mí es verdad, por eso me dirijo a ustedes como si fuéramos amigos y quiero decirles lo siguiente:
-  Durante el tiempo en el que goberné le di mucho auge al ferrocarril como un medio de transporte masivo.
- Creé industrias para darles trabajo a más mexicanos, cierto que les pagaban poco, pero bueno, contaban con un trabajo.
-  En mi gobierno fundé el IMBA que tanta falta le hacía nuestro país, porque la cultura es importante para todo ser humano.
-  Les di un trabajo en las dos cámaras (de diputados y de senadores) a mis más leales amigos, es decir, incondicionales; para que yo pudiera hacer lo que yo quisiera; no podrán negar que eso es ser astuto y maquiavélico, además de inteligente, porque miren que tenerlos quietos (sin revelarse) durante 31 años, no es tarea fácil.
En contraparte, quiero confesar que cometí algunos pecadillos; aquí dirían los italianos "pecatas minutas" que no tengo ningún empacho en decirles:
-Me gustaba mucho todo lo europeo, mis fiestas eran a la usanza europea; me gustaba tanto lo europeo que yo renegaba hasta de mi color de piel, es por eso que me polveaba la cara con polvo de arroz para verme blanco; aunque bien saben ustedes porque me conocen por las fotos que por ahí circulaban; que lo único que lo lograba era verme de un prieto cenizo; la gente que me estorbaba no la encarcelaba, para que; simplemente la mandaba a asesinar y esto no me quitaba el sueño en lo absoluto.
-Me case con mi sobrina Carmen, hija de mi hermana porque me gustaban las mujeres jóvenes, llenas de vida aunque esto implicara no tener hijos; para no correr riesgos de que fueran a nacer mal.
-Me sentía un reyezuelo pues mi palabra era absoluta, lo que yo decía, eso se hacía.
Ya no seguí en el poder porque el latoso de Francisco I. Madero logró hacerme huir con rumbo al continente que tanto admiraba; Europa. Qué se le va a hacer, hay que saber perder.
Se despide de ustedes su amigo: Porfirio Díaz.

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